martes, 27 de septiembre de 2011

¿Que se siente al estar encerrado? Aquí dejo lo que pienso que sería para mí

Desperté en esa habitación con las paredes blancas, hacía algo de frío, pero en ese momento el frío era en lo que menos pensaba, en mi mente había demasiadas cosas, lo crucial para mi era salir de aquella habitación, pero la puerta estaba cerrada y al parecer con llave y ahí es cuando llega la pregunta del millón, ¿Dónde esta la llave? Busqué por todas partes, revolví la habitación entera, en ella solo había una cama una mesilla con tres cajones, encima de ella una pequeña lámpara, y nada más, el resto eran paredes blancas, lo primero que hice fue revolver la cama, no había nada, después me puse a abrir los cajones y tampoco, desmonte la lámpara por si estaba dentro, me dio hasta por mirar debajo de la cama, pero nada, no había ni rastro de la llave, no era capad de salir de aquella habitación, el día avanzaba pero yo seguía allí encerrado, sin saber como salir, después de haber desmontado la habitación me tumbe en la cama para pensar como salir, pensé en salir por la ventana en vez de por la puerta, pero cuando me puse a buscarla, me di cuenta de que no había, no había ventanas, solo había una puerta cerrada, con la llave en paradero desconocido, tras estar un rato pensando se me ocurrió abrirla a golpes, probé a darle patadas, puñetazos, le di hasta con el hombro mientras cogía carrerilla, pero nada, esa puerta no se abría, era como si no me quisieran dejar salir de allí, ¿Pero por que, por que por mucho que lo intentara no conseguía salir? ¿Por qué no encuentro la llave? ¿Por qué no puedo salir? ¿Quizá sea por que no debo salir? No tiene sentido, no llevaba en esa habitación toda mi vida, ¿por que iba a estarlo ahora?  No tiene sentido, por eso se que tiene que haber una forma de salir, di varias vueltas por la habitación y pude ver que en el techo había una salida de ventilación, si conseguía llegar podría salir, me puse a pensar y tras mirar varios veces hacía los lados, se me ocurrió, poner la mesilla encima de la cama y subirme encima, conseguí llegar, no me lo creía, mi plan había funcionado, con la emoción abrí la trampilla y… estaba cerrado, había un poco de tubo la tapa de la rejilla y después una pared de ladrillo, de nuevo seguía encerrado, habían pasado horas desde que me había despertado y ya comenzaba a desesperarme, me empezaba a crispar de tal manera que lo único que se me ocurría era seguir dándole golpes a la puerta haber si en algún momento se caía o se abría, le daba con tanta rabia, eran tantas las ganas que tenía de encontrar la llave y salir de la habitación que cada vez le daba mas fuerte, le estuve dando al menos una hora, hasta que me sangraron los nudillos, el dolor era tal que tuve que dejarlo, me sangraban las manos de tal forma que tuve que coger las sabanas romperlas y enrollarme un cacho en cada mano, tras atarlos con fuerza me senté en la cama con la espalda en la pared, para pensar, tras estar pensando un rato, llegue a la conclusión,  no sabía como salir, suena tonto pero es así, no podía encontrar la llave, no estaba por ningún lado, ¿Dónde podría haberse metido la maldita llave? ¿Y si forzaba la cerradura? En mi mente brotaban muchas ideas, pero no sabía cual era la mejor, por lo que decidí no hacer nada por un tiempo, estuve sin hacer nada más o menos veinte minutos después me levante y en un brote de rabia volví a envestir la puerta, esta vez del golpe al rebotar caí hacía atrás y al caer al suelo escuche un ruido en mi bolsillo, ¿Podría ser? Nada mas escucharme le levante de un salto y registre a fondo mis bolsillos, ¡no, era posible! había estado ahí desde el principio, había echo lo imposible para poder encontrarla y resulta que estaba delante de mis narices, y es que a veces  suele pasar eso, lo que mas anhelamos esta delante de nuestras narices y tiene que pasar un tiempo para darnos cuenta de que esta ahí, al tener la llave en la mano, la observe con detenimiento, me regodee en mi propia mente pensando lo tonto que había sido al no darme cuenta antes, pero ahora que por fin la tenía quería ver que había fuera, quería ver donde estaba, me acerqué despacio a la puerta, pegué la oreja y no se oía nada al otro lado, por lo que me entro mas curiosidad, metí la llave en la cerradura y con un leve giro de muñeca se abrió la puerta, al oírla abrirse, la empuje despacio, no era nada del otro mundo, pero por fin era libre, así que supongo que el donde, daba un poco lo mismo.   

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